María nació el 18 de febrero de 1516 en el Palacio de Greenwich.
Su madre, la reina Catalina quiso que su hija fuese educada con el mismo rigor con el que ella había aprendido en los palacios de Granada. Contrataron a los mejores profesores de Europa, y era la primera vez que una princesa recibía una educación tan amplia. La educación de las anteriores princesas en Inglaterra se basaba en el conocimiento de unas nociones básicas de teología y literatura. Ahora, Catalina de Aragón, una princesa extranjera, iniciaría a su hija, la princesa María, en el saber. Uno de los tutores fue el humanista valenciano Luis Vives. Catalina le pidió que escribiera un tratado para la educación de su hija, que a su vez pudiera valer para las demás mujeres: Educación de la mujer cristiana.
A lo largo de su infancia, Enrique VIII negoció futuros matrimonios para ella. Cuando tenía dos años de edad, fue prometida a Francisco, hijo menor del rey Francisco I de Francia, pero el acuerdo fue repudiado tres años después. En 1522, en medio de la guerra de los cuatro años, Enrique VIII firmó el Tratado de Windsor con el que se acordó el matrimonio entre su hija de seis años y Carlos I rey español y emperador del Sacro Imperio, de veintidós años y primo hermano de María. Sin embargo, Carlos I rompió el compromiso unos años después con el consentimiento de Enrique VIII.
Su hermanastro Eduardo VI —hijo de Enrique VIII y Juana Seymour, tercera esposa de Enrique VIII sucedió a su padre en 1547 a la edad de nueve años. Cuando Eduardo VI enfermó de muerte en 1553, María heredo el reino.
Alcanzo su treintena guardando estricta virtud. Se concertó su matrimonio con el príncipe Felipe, futuro Felipe II, heredero de la Corona española e hijo del emperador Carlos V, quien esperaba establecer una alianza con Inglaterra para aislar a Francia siguiendo las directrices políticas tradicionales entre los Austrias. Para Felipe era el segundo matrimonio. Había enviudado de su primera y muy querida esposa María Manuel de Portugal.

Felipe, príncipe de Asturias, por Tiziano (1551). (Wikicommons)
María Tudor se enamoró perdidamente de su futuro esposo en cuanto recibió de Bruselas el retrato del novio con armadura, obra de Tiziano (1551). Hoy se guarda en el Museo del Prado.
María era mayor, le llevaba a Felipe 11 años. El físico no la acompañaba, no era guapa de cara, estaba delgada para los gustos de la época, y una dentadura careada que se dejaba ver en las raras ocasiones que sonreía. Pero estaba sobrada de otros atractivos morales y espirituales.
Felipe le hizo la confidencia a uno de sus acompañantes de que no partía de España a Inglaterra para una fiesta nupcial sino para una cruzada.
Llegó a Southampton el 19 de Julio de 1554, y siete días más tarde, el 25 de Julio, fiesta de Santiago, santo patrón de España, se casaron en la catedral de Winchester. Con este matrimonio, fue Felipe I de Inglaterra, antes de ser Felipe II de España, aunque su verdadero poder se limitó a las funciones de príncipe consorte, y María se convirtió en reina consorte de la Monarquía Hispánica cuando su esposo ascendió al trono dos años más tarde en 1556, si bien María nunca visito España.

La Catedral de Winchester
En la catedral de Winchester se conserva la silla donde María I se sentó durante la ceremonia de su boda. Se la regalo el Papa Julio III.
Felipe no sabía hablar inglés, se comunicaba con ella en una mezcla de español, francés y latín.
Pasaron su luna de miel en el palacio de Hampton Court, palacio que ella adoraba. Regreso al palacio en el mes de mayo del año siguiente cuando dio muestras de estar embarazada. Residió cinco meses en el palacio hasta que se vio que tal embarazo no existia. Fue el primero de los dos embarazos psicológicos que padeció.
La gran frustración de María Tudor pudo ser no concebir hijos con su esposo español. Se conserva un libro de horas preciosamente miniado que perteneció a la reina. La página correspondiente a la oración por el feliz parto de la embarazada esta abarquillada como si sobre ella se hubieran vertido lágrimas.
En noviembre de 1554 Inglaterra volvía oficialmente a la obediencia de Roma. Durante su reinado de cinco años, más de 280 disidentes religiosos murieron quemados en la hoguera en las llamadas Persecuciones Marianas, lo que le valió el sobrenombre de Bloody Mary (María la Sanguinaria.). Educada en el catolicismo, había visto cómo su padre repudiaba a su madre, Catalina de Aragón, mientras ella acababa desheredada y marginada. ¿Era quizás hora de vengarse?
Abandonaba por su esposo, y con tan solo cinco años de reinado, murió en Londres en el palacio de St James el 16 de noviembre de 1558 a la edad de 42 años.
Aunque en su testamento declaró su deseo de ser enterrada al lado de su madre, el 14 de diciembre fue inhumada en la capilla mariana de Enrique VII de la Abadía de Westminster, en Londres, en una tumba que comparte con su hermanastra Isabel I. La inscripción latina en su tumba se traduce como: “Compañeras en el trono y la tumba, aquí descansan, Isabel y María, hermanas, en la esperanza de la resurrección”

Westminster Abbey
Maravilla del gótico del siglo XIII, además de ser panteón real y panteón nacional, es el lugar de las coronaciones, la mayoría de las bodas y funerales de la familia real británica
Cuando Felipe II se hizo construir en El Escorial un mausoleo que lo representa orando ante el altar mayor con sus sucesivas esposas, represento a la portuguesa, a la francesa y a la austriaca, pero se olvidó de la inglesa como si no hubiera dejado huella en su vida.
La autora:
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